viernes, 8 de junio de 2007

COLUMNA DE OPINIÓN

NECESITAMOS CONDICIONES ÓPTIMAS, NO BÁSICAS

Tras un año de postergación, el nuevo Sistema de Responsabilidad de los Adolescentes por Infracciones a la Ley Penal al fin debutó. Las polémicas modificaciones en el Parlamento y la paralización de los funcionarios del Sename hicieron peligrar su puesta en marcha, pero ya está andando. El Gobierno se encuentra contento pues está cumpliendo.
Hoy comenzó a regir la nueva ley, tanto en la Región Metropolitana como en regiones, la cual termina con el trámite de discernimiento, reconoce el derecho de las víctimas, garantiza el debido proceso a los imputados y determina las sanciones y la forma de ejecutarlas.
Pero, ¿está realmente lista esta nueva ley? ¿Están listas las infraestructuras en donde los jóvenes serán rehabilitados? Personalmente creo que no. Las condiciones mínimas necesarias, desde el punto de vista del texto legal, no se dan y no es posible garantizar que la infraestructura, el estado de los programas y la administración general del sistema permitan una adecuada puesta en funcionamiento integral de la justicia penal adolescente.
El gobierno asegura que existen las condiciones para que la nueva reforma comience a ser aplicada, pero la ley debe partir con condiciones óptimas y no básicas.
Con esta nueva ley los jóvenes son imputables desde los 14 años y crea un sistema especial de justicia en el que habrá 22 fiscales, defensores y jueces especializados. Ya no habrá “mano suave” con ellos sólo por ser menores de edad. Además se espera que puedan ser reinsertados en la sociedad. Para esto, se ofrece programas en educación, tratamientos antidrogas y capacitación laboral en convenio con el Sence.
Esta ley tiene como objetivo final el poder decirle a los jóvenes infractores que tienen una posibilidad de reinsertarse en la sociedad, con la intención de que la pena si sea un remedio para curar la delincuencia. Es decir, no meter a los menores presos para que salgan más delincuentes. Ya no los condenaremos al mundo del delito.
Para poder logar esto debemos asegurarnos que los recintos sean los adecuados, tanto en infraestructura como en capacidad profesional. No pueden juntarse 200 jóvenes en un mismo lugar, pues -tal como lo señalan los funcionarios del Sename- es más fácil ayudar a la inserción de los jóvenes cuando estos se encuentran trabajando en grupos chicos.
Debido al paro de los funcionarios del Sename y a las imágenes de los medios de comunicación, todos hemos podido ser testigos del estado en que se encuentran los recintos en que estos menores deberán cumplir sus sentencias.
Aún hay más problemas. Hay una insuficiente capacitación hacia los funcionarios del Sename de ciertas regiones. Así por ejemplo, en la región de Coquimbo la preparación duro sólo cuatros días.
En Chile hay1.468 plazas en centros cerrados y 820 en semicerrados. En estos últimos es donde se cumplirán las mayorías de las penas, pero una vez más hablamos de un servicio que se encuentra en condiciones básica y no óptimas, como todo en esta nueva ley.
¿Podría acaso este nuevo sistema ser un nuevo Transntiago? Esta nueva ley no sólo posee problemas de infraestructura, sino también es impensable el que todos los delitos posean la misma pena. A lo único que se puede optar es a que tanto se privara la libertad del individuo. Debemos recordar que a pesar de todo estamos hablado de jóvenes, de las próximas generaciones que estarán a cargo de país y por lo tanto tenemos el deber de proporcionarles una buena inserción, para lo cual debemos contar con buenas leyes, buenos recintos, buenos programas.


Jorge Burgos
Diputado DC

1 comentario:

Miguel Ortiz A. dijo...

Bien.
Quizás muy "correcta" en la formalidad... pudiste jugar con el estilo o la redacción.
Pero está OK.

Un 6.5

Miguel